Mensaje institucional

 

LA CIUDAD EDUCADORA, CIUDAD DE PAZ Y OPORTUNIDADES

Tal y como dijo Gandhi, “no hay camino por la Paz, la Paz es el camino” y aquí la Educación tiene un papel clave: son los adoquines que construyen y facilitan el trayecto. Las Ciudades Educadoras no sólo reconocemos la importancia primordial de la educación para construir espacios de cambio, sino que además sabemos que este camino no se puede recorrer en solitario: son necesarias alianzas de espectro amplio entre todos los sectores sociales. Se requiere un gran esfuerzo colectivo para crear oportunidades de crecimiento que pivoten en torno al bienestar de sus ciudadanos y ciudadanas, donde se garanticen los derechos y se creen oportunidades para todos con el fin de eliminar las desigualdades que se encuentran entre las problemáticas que atentan contra la paz y el desarrollo libre y digno de todas las personas.

Hacen falta anclajes que nos arraiguen pero también tener puntos de referencia en el horizonte, saber dónde debemos ir, más aún en momentos históricos de inestabilidad y de incertidumbres como el actual. Sin embargo, las incertidumbres no siempre son negativas. La duda es la piedra fundacional del aprendizaje, es la línea de salida: necesitamos más pensamiento crítico, curiosidad e imaginación para devolver el poder de la educación como herramienta que nos permite transmitir valores esenciales y construir ciudades de paz, respeto, justicia y diálogo. Hemos tenido que aprender que los Derechos Humanos no son negociables y el derecho internacional nos recuerda que los gobiernos no los conceden, sino que tienen la obligación de protegerlos, desarrollarlos y vigilar su aplicación. Así, el derecho fundamental a la educación comporta también la obligación de ser educativos. Éste es, probablemente, uno de los hitos históricos más relevantes y requiere de un trabajo constante y colectivo que las Ciudades Educadoras conocemos desde hace tiempo y que hemos ido tejiendo, poco a poco, en una red mundial cada vez más grande y sólida.

Tenemos muy claro que el primer órgano institucional de contacto con los ciudadanos son los gobiernos locales. Los grandes retos globales comienzan aquí y no podemos llegar tarde: debemos hacer germinar la semilla en su base y comprender, ahora más que nunca, que la educación no existe solo como una realidad de estudio técnico o metodológico, sino también como un concepto de alcance global que habla de otras cuestiones relacionadas con la historia, la inclusión, el abordaje de las desigualdades, la accesibilidad, la convivencia pacífica, la diversidad o la cohesión social, entre tantas otras.

Con todos estos precedentes, y en el actual clima mundial, podría parecer ingenuo hablar de la importancia de la paz frente a la violencia, de la educación frente a la exclusión o de los cuidados por encima del individualismo, pero no sólo no es utópico, sino que seguramente sea indispensable. La paz y la educación comparten en muchos aspectos el mismo campo semántico: para cultivar la paz se requiere respeto, observación, aprendizaje e imaginación, como también ocurre con la educación. Son herramientas únicas de cambio que tenemos a nuestra disposición. El día 30 de noviembre celebramos el Día Internacional de la Ciudad Educadora y las Ciudades Educadoras nos comprometemos a buscar, imaginarlas y generar oportunidades y espacios para crecer.

Pau Gonzàlez Val
Concejal de Educación del Ayuntamiento de Barcelona
Presidente Delegado de la AICE

 

 

 

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